Verborrea
miércoles, 7 de septiembre de 2011
Elegancia.
Indigente de nombre, posición y apariencia, soy en mi entendimiento una diosa invicta.
Muriel Barbery.
jueves, 4 de agosto de 2011
viernes, 24 de junio de 2011
Muerte y destrucción.
¿Y qué pasa cuando el hombre de tu vida ya tiene a la mujer de su vida?
Cuando todo eso que andabas buscando aparece, pero advirtiendote que nunca te podrá pertenecer. Cuanto más lo miras más te fascina, no te cabe duda de que es para ti, todo tu interior ha caido rendido a sus pies. Pero él ya siente todo eso por otra persona.
Kelpie.
Cuando todo eso que andabas buscando aparece, pero advirtiendote que nunca te podrá pertenecer. Cuanto más lo miras más te fascina, no te cabe duda de que es para ti, todo tu interior ha caido rendido a sus pies. Pero él ya siente todo eso por otra persona.
Kelpie.
lunes, 6 de junio de 2011
Volar
Me dispongo a dejar testimonio de la que espero sea una eficaz huida de esta agonía que sin cesar corre detrás de mi, desde tanto atrás como mi memoria alcanza.
No soy capaz de estar aquí, cada vez el agua sube más y sigo teniendo como tarea pendiente aprender a nadar.
Necesito algo razonable a mi alrededor, necesito una ética y moral respetadas, humanos, con valores humanos.
Es la felicidad en sí el único fin de esta huida, pero permaneciendo aquí ese trozo que se queda en cada uno de esos seres especiales por descubrir, y otros descubiertos a los que les dejo muchas cosas pendientes que decir.
Buscadme allí donde huela a sal, suene a guitarra y haya libertad.
Kelpie*
lunes, 9 de mayo de 2011
Anulando negatividad.
El tedioso entorno me deprime y decepciona con sus desdenes hacia la tristeza ajena, indiferencia al prójimo. Qué haz de luz desprenderá tu presencia que hace esfumarse mi pesimismo de manera serpenteante a la par con el humo de eso que me das de fumar.
Detener la traslación para que tus ojos observen mis defectos y tus oídos capten hábilmente mi silencio.
Que yo pueda retener tu imagen efímera en mi mente sin que se agote tras intentar recordarla una y otra vez en todos los momentos en los que anhelo contagiarme de tu paz.
Me estremece la seda de tu piel cuando te acercas a besarme, desfallezco en ese lapso, no puedo reaccionar.
Tu olor me impregna hasta el corazón, salta mis lágrimas cuando me empacha recorriendo tu cuello. ¿Jazmines, Rosas? Es mi opio.
Núblame.
Kelpie.
miércoles, 30 de marzo de 2011
¿?
Los pensamientos se pasean dislocados por las cavidades de mi cráneo cual esporas, unas escudriñando un lugar en el que engendrar vida, otras uno en el que morir. Ellos se debaten entre lo que quiero, necesito, me apetece y lo socialmente estipulado (que al fin y al cabo es otra necesidada, involuntaria). Tendría sentido preguntar a mi conciencia y a mi coherencia, y poner encauzadas esas malignas ideas corrosivas de sentimientos. Pero no ocurre así, siguen vivendo en un caos organizado en el tiempo. ¿hasta cuándo?
Kelpie.
jueves, 17 de marzo de 2011
lunes, 28 de febrero de 2011
Pigmalión
Es una adolescente tan bella que, en cuanto la conoce, Pigmalión quiere hacerle una escultura. La lleva al estudio y se pasa horas (dibujándola primero, pintándola después)antes de hacer la primera prueba en barro. Al Contrario que en la película, la chica no es ignorante ni habla cheli. Cuando termina la escultura se han enamorado el uno del otro.
En la cama Pigmalión descubre que es tan bella y educada como inexperta. Consciente de su papel en la historia, le enseña todo lo que sabe, sorprendido con la facilidad con la que la chica aprende. Hasta que la convierte en la amante perfecta, consciente de serlo: la que siempre había soñado.
Se amolda a cualquier juego a que él la someta, hasta que la ha sometido a todos los que conoce. Espoleado por la receptividad de la chica, hurga en el saco de las fantasías que nunca ha llevado a la práctica. Hasta que ya no es sólo él quien propone, sino que son los dos los que constryen un crescendo de excitaciones.
Ahora la chica está a sus pies con la boca abierta y los ojos encendidos. Con una cuchara, Pigmalión recoge la mezcla de semen y lágrimas que resbala por la cara de la chica y se la mete en la boca, alimentándola como a un bebé. Hechizado e inquieto, Pigmalión mira cómo la chica lame la cuchara. ¿Que más puede hacerle? La chica le implora que le haga lo que quiera.
-Basta que me lo digas y me arrastraré por las calles; si quieres traeré hombres a casa para que veas como me follan. Llámame "puta"; tú me has hecho así.
Es cierto. Sabe que, sólo con que se lo ordene, se arrastrará por las calles. Pero también sabe que, aunque no se lo ordene, lo hará igualmente. No hay más que mirarla. Cualquiera que la mire a los ojos verá un volcán de lascivia. Que no sólo no se negará nunca a nada, sino que aprovechará la primera posibilidad de traicionarlo para disfrutar del placer de engañar a quien ha sido su maestro. ¿Y si ya ha empezado a traicionarlo y, sabiendo que a él le gustaría saberlo y conocer todos los detalles, por pura perversión no se lo dice?
Lo vuelve loco la posibilidad de que se la clave otro hombre sin estar él delante y perdérselo. La mira con rabia y pasión. Tira la cuchara a un lado, se levanta; cuando la vuelve a mirar el corazón le late desmesuradamente. En un arrebato coge las cuatro cosas que la chica tiene en el estudio (un cepillo para el pelo, unos pendientes, un pintalabios, un libro), las mete en una bolsa, agarra a la chica por la muñeca, le incrusta la bolsa en el sobaco, abre la puerta, la echa y cierra de un portazo.
-Puta!
Quim Monzó
domingo, 6 de febrero de 2011
Courage?
No puedo dejar de pensarlo insistentemente, y acto seguido pensar que debo evitarlo, asi que supongo que esto es un adiós.
No me atrevo a decirte nada, me cohibo, evito decirte lo que deseo, porque no se si es en realidad lo que deseo, o lo que deseas tú...
¿Y si ocurriera lo que espero y no es lo que quiero?
De todas formas me gustaría que ocurriera,a pesar de saber que existirá el arrepentimiento.
Como no tengo valor, simplemente lo dejo pasar y lo guardaré para esos pensamientos bonitos que almaceno en mi cabeza y remodelo cuando no puedo dormir...
Kelpie.
viernes, 28 de enero de 2011
Culpabilidad
lunes, 24 de enero de 2011
ELLA. ¿Y qué buscabas en mí?
ÉL. A ti misma.
ELLA. (Excitada.) ¡Eso! Buscabas la casa, la tranquilidad y una mujer. Pero nada más. ¿Es verdad lo que digo?
ÉL. Es verdad. Como todos.
ELLA. ¿Y lo demás? ¿Y tú hijo?
ÉL. (Fuerte) ¡No oyes que no me importa! ¡No me preguntes más! ¡Que te lo tengo que gritar al oído para que lo sepas, a ver si de una vez vives ya tranquila!
ELLA. ¿Y nunca has pensado en él cuando me has visto desearlo?
ÉL. Nunca. (Están los dos en el suelo)
ELLA. ¿Y no podré esperarlo?
ÉL No.
ELLA. ¿Ni tú?
ÉL. Ni yo tampoco. ¡Resígnate!
ELLA. ¡Marchita!
ÉL. Y a vivir en paz. Uno y otro, con suavidad, con agrado. ¡Abrázame! (La abraza.)
ELLA. ¿Qué buscas?
ÉL. A ti te busco. Con la luna estás hermosa
ELLA. Me buscas como cuando te quieres comer una paloma.
ÉL. Bésame... así.
ELLA. Eso nunca. Nunca. (Yerma da un grito y aprieta la garganta de su esposo. Éste cae hacia atrás. Yerma le aprieta la garganta hasta matarle. Empieza el Coro de la romería). Marchita, marchita, pero segura. Ahora sí que lo sé de cierto. Y sola. (Se levanta. Empieza a llegar gente.) Voy a descansar sin despertarme sobresaltada, para ver si la sangre me anuncia otra sangre nueva. Con el cuerpo seco para siempre. ¿Qué queréis saber? No os acerquéis, porque he matado a mi hijo. ¡Yo misma he matado a mi hijo!
(Acude un grupo que queda parado al fondo. Se oye el Coro de la romería.)
TELÓN.
Federico García Lorca
jueves, 20 de enero de 2011
Pérdida de memoria a largo plazo.
Y ya ocurrió.
Que todo recuerdo se reduzca solo a eso, recuerdos.
No recuerdo esa sensación de sentir
tu mano sobre mí al despertar,
y que cuando tus ojos se iban a abrir,
cerrar los míos intentando disimular
que aún dormitaba confortablemente
muerta por el placer evidente.
No recuerdo esa sensación de tener
tu ardiente vaho en mi cuello
antes de llegar a saber
si el nuevo día acaecía blanco, o negro.
No me gustaba dejarlo escapar,
prefería hacerlo tiritar.
Olvidé la sensación de sentirte.
Kelpie.
martes, 4 de enero de 2011
Amor
Tienes el don de volver loco tu alrededor.
Es curioso como te acercas lentamente a la situación y provocas muy estudiadamente el conflicto, con un minusculo hecho.
Puta, yo no estoy loca.
No te quedes mirando como si fuera una demente sin remedio, con los ojos salidos de las órbitas y gritando de manera descomunal.
Déjame, déjame, déjame, ¿¿no entiendes castellano?? Un día acabaré saltando por la ventana.
Como duele tu indiferencia, tu incomprensión, tu rechazo, tu marginación.
Si estoy loca, encierrame, pero solo mejoraré por el hecho de estar lejos de ti.
Kelpie.
martes, 28 de diciembre de 2010
domingo, 19 de diciembre de 2010
Humedad
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Barcelona.
- No me escuchas -dijo ella, de repente.
Él se quedó de una pieza. De hecho, era verdad: hacía minutos que la verborrea de la mujer sólo era la música de fondo que acompañaba sus pensamientos, que estaban muy lejos.
- No me escuchas -repitió ella-. No paras de hablar de ti. Tan sólo te interesas por ti mismo. No te preocupa en absoluto lo que digo. No te interesas por lo que me pasa por la cabeza, ni por cómo soy, ni por lo que hago.
El hombre estaba sorprendido. Con delicadeza, sacó los dos dedos. Le daba miedo que la mujer le preguntase de qué había estado hablando hasta aquel momento en el que se había callado de golpe para, a continuación, decirle que no la escuchaba. El hombre no sabía qué contestar. Para resaltar la respuesta a las acusaciones, le dio un beso en la mejilla, que era tiernísima, e invirtió en aquela muestra de afecto más rato del necesario. El tiempo pasaba, sin embargo, y tenía que contestar algo.
- ¿De veras crees qué sólo hablo de mí mismo?
- En ningun momento de estas dos noches que hemos salido te has interesado ni una sola vez por mis cosas.
-Hostia. -El hombre tenía la cara triste, ausente.
- Eres muy extraño. -Y, como si le pesara haberlo entristecido, añadió-: Ahora no te pongas triste.
Mientras se abrazaban nuevamente, el hombre pensó que ella tenía razón. Muy sinceramente, lamentaba (de una manera que no identificaba del todo con la culpabilidad) no haberse interesado por lo que pasaba por la cabeza de la mujer, ni por lo que hacía en la vida: qué le apasionaba, de qué vivía. La primera noche que salieron apenas le preguntó si vivía sola o con alguien, y si se lo había preguntado había sido tan sólo para tratar de deducir si su casa sería un buen sitio a donde ir de madrugada , o tendrían que ir a un hotelito, o si se verían obligados a quedarse en el coche, en algua curva de la carretera. Se apoderó de él una ola de desazón. Se sintió mezquino, el ser más desprecieble del mundo, y reconoció que, en efecto, en los últimos tiempos la gente le daba lo mismo[...].
Quim Monzó.
Exaltación del ego
sábado, 27 de noviembre de 2010
Ven
Cada mañana, antes de que el sol saliera, yo me acercaba hasta allí. Me gustaba saborear en mi boca un trozo de aquel pan recién hecho, escuchar el crujiente sonido que hacía al cortarlo con mis dedos, sentir como se derretía gracias a mi saliva. Era mi “buenos días” particular, la forma perfecta de comenzar. Bajaba con mi camiseta blanca de licra con la que dormía, unos pantalones a cuadros y me abrigaba con una chaqueta de lana trenzada azul marino. A esas horas hacía un gran helor en la calle y mis pezones no podían evitar notarse a través de mi camiseta. Si, lo hacía a propósito, podría haberme puesto sujetador, pero me encantaba ver lo nervioso que se ponía el chico, joven, colorado, tímido. Le temblaba la voz y no podía mirarme a los ojos. Me encantaba hacer eso.
Llevaba ya dos años en aquella lluviosa ciudad. Miraba atrás en el tiempo y me sorprendía la capacidad que había demostrado para adaptarme a ella y no sucumbir a la nostalgia de mi soleada tierra del sur.
Llegué a casa inundándola de olor a pan recién hecho, me desnudé y me cubrí con mi bata negra de raso que tanto le gustaba a él. Hice café, me eché una taza. Cogí el pan, con un poco de aceite y sal y mientras fumaba me fui al balcón a ver como seguía izándose el sol en lo alto del cielo.
Debido a la mezcla de intensos olores se produjo el movimiento cuyo sonido me hizo esbozar una sonrisa. Las plumas del edredón caían lentamente sobre el suelo, aún. Anoche nos pasamos con el vino jajaja. Sin echar la mirada hacia atrás podía adivinar cada uno de tus movimientos.
Conozco el sonido de cuando bostezas, te desperezas, te vuelves a tumbar en la cama, como si ella te agarrara fuertemente, y quizás das alguna cabezada más.
Al rato vienes hacia mí, hacia la ventana, con tus ojos guiñados, llorosos. Con un dedo rozas suavemente mis hombros, mi espalda, haciendo que se deslice poco a poco el raso sobre mi piel de olor y color canela. Tus besos bajan por mi nuca recorriendo toda mi espina dorsal. Ya está el sol en lo alto y sin embargo mi piel se siente como antes de entrar a la panadería, erizada y firme.
Como siempre el vecino del quinto del edificio de enfrente se asoma discretamente entre las cortinas de encaje. A veces creo que disfruta más que yo.
Kelpie.
domingo, 21 de noviembre de 2010
Veredicto unánime casi comprobado
Después de dos semanas pensando, sigo estando en blanco.
Es el momento en el que peor me siento
y no soy capaz de decir palabra.
Me muero de miedo por no saber que va a pasar.
quiza por eso intento no mover ficha, porque como siempre predijeron todos: SALDRÁ MAL.
Siempre me empeñé en no pensar en ello, y ahora se me aproxima sin cesar.
La situación agoniza cada vez más.. hasta que muera. y en ese momento, sabes que yo moriré con ella.
Kelpie.
domingo, 10 de octubre de 2010
Adiós
No se que pasa en mi cabeza, cada dos palabras que escribo borro tres, cada cosa que hago me arrepiento, cada consa que intento recordar la olvido. Mis pensamientos no están ordenados, mis porqués no tienen respuestas. Mi ordenador da calambre.
Muchas cosas me rondan la cabeza, pero si intento pensar en ello mi mente se queda en blanco.
Solo noto frio, humedad y olor a azufre.
He podido decirte adiós mientras dormias plácidamente y superar mi pavor hacia ese tabú. No he llorado desconsoladamente, contra todo pronóstico, pero sí ha quedado en mi mente tu imagen hierática.
Lo siento, no es la mejor carta de despedida que uno puede esperar, pero has sido tú quien me ha obligado a tener que despedirme.
Kelpie.
domingo, 15 de agosto de 2010
lunes, 2 de agosto de 2010
Eterna añoranza
Hay dias como hoy en los que no puedo soportar querer sólo a ese recuerdo. Pero es lo único que me queda de ti. Es estúpido pero todo lo que me hace estremecer está extrañamente relacionado contigo. Eres sólo un sueño, pero tan real que te escucho, y te siento, tanto que ello me hace llorar. Noto como tus dedos se acercaban sigilosamente hacia mi brazo y lo rozaban con delicadeza haciendo que yo me olvidara completamente de todo mi alrededor, haciendome incapaz de prestar atención a cualquier otra cosa que no fueras tú. Estás en mi cabeza y a pesar de que todo esto queda solo en el recuerdo, creo que nunca saldrás de ahí. Pasaré, como ya hice, por encima de mi moral si con ello pudiera guardar algún recuerdo más de ti.
Kelpie.
lunes, 12 de julio de 2010
De principio a fin.
sábado, 12 de junio de 2010
Ni él ni ella podían decir si esa servidumbre recíproca se fundaba en el amor o en la comodidad, pero nunca se lo habían preguntado con la mano en el corazón, porque ambos preferían desde siempre ignorar la respuesta. Ella había ido descubriendo poco a poco la incertidumbre de los pasos de su marido, sus trstornos de humor, las fisuras de su memoria, su costumbre reciente de sollozar dormido pero no los identificó como los signos inequívocos del óxido final, sino como una vuelta feliz a la infancia. Ppr eso no lo trataba como a un anciano dificil sino como a un niño senil, y aquel engaño fue providencial para ambos porque los puso a salvo de la compasión.
Gabriel García Márquez
domingo, 6 de junio de 2010
El tiempo no había conseguido inmunizarme contra la perfección de su rostro y estaba segura de que nunca sabría valorar lo suficiente todos sus aspectos. Mis ojos se deslizaron por sus pálidos rasgos: la dureza de su mandíbula cuadrada, la suave curva de sus labios carnosos, torcidos ahora en una sonrisa, la línea recta de su nariz, el ángulo agudo de sus pómulos, la suavidad marmórea de su frente, oscurecida en parte por un mechón enredado de pelo broncíneo, mojado por la lluvia...
Dejé sus ojos para lo último, sabiendo que perdería el hilo de mis pensamientos en cuanto me sumergiera en ellos. Eran grandes, cálidos, de un líquido color dorado, enmarcados por unas espesas pestañas negras. Asomarme a sus pupilas siempre me hacía sentir de un modo especial, como si mis huesos se volvieran esponjosos. También me noté ligeramente mareada, pero quizás eso se debió a que había olvidado seguir respirando. Otra vez.
S.M.
sábado, 22 de mayo de 2010
lágrima
Las lágrimas recorren mis mejillas, sin cambiar mi expresión. No cesan de caer y se escurren por mi cara hasta mi barbilla y caen al suelo. Los ojos están rojos y brillantes, tristes porque quieren verte, y solo pueden imaginarte. A la misma vez porque a ti no quieren verte, pero te necesitan. Después de tanto tiempo les cuesta aprender a vivir sin ti. No quiero saber nada, no quiero que me duela saber que ya no formas parte de mi vida, ni yo de la tuya.Evito pensarlo porque se que sería incapaz de superarlo. Me hiciste creer que era la persona más importante del mundo, y a la misma vez la más insignificante. Nunca dejaré de llorar porque nunca dejaré de necesitarte y de echarte de menos.
Sin embargo tú, ya no lo intentes, intentaba no pensar y aunque cayeran lágrimas, cerrar los ojos. Me encantaba pasear por ese campo de tulipanes, pero ya has hecho que llegue al bosque de espinos. Me gustaban mucho los tulipanes aún sabiendo lo que vendría después. Todo ha sido efímero. Aún así gracias a los dos.
Kelpie.
domingo, 9 de mayo de 2010
Pompas de jabón
Son solo pompas de jabón, pequeñas y con escaso tiempo de vida. Salen todas impulsadas hacia el mismo lugar y en ese momento te inunda un infantil sentimiento de alegría. En cuestión de segundos, una tras otra van descendiendo y al rozar, según que superficie, dejan apenas una pequeña huella. Sin embargo cuando una de ellas es grande fuerte, y se eleva contra todo pronostico, esquivando obstaculos que sin duda con apenas un roce la harían fallecer... Cuando se eleva hacia el cielo hasta que tu vista no la alcanza...
Quizá sería capaz de hacer mil efimeras pompas, para poder contemplar diez segundos como se eleva la más brillante.
kelpie.
miércoles, 21 de abril de 2010
yo
lunes, 19 de abril de 2010
Eres duro, rígido, tales como esos muros y cúpulas sobre los que se iza mi catedral. Piedra helada,fria, que permanece impasible mientras el tiempo transcurre y evoluciona a su alrededor. Sólo erosionada por las gotas de lluvia, fruto del lamento de esas miradas que contemplan desde la letanía, año tras año.
Kelpie.
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